Existen muchas formas de apoyo para el bienestar mental. Desde grupos comunitarios locales hasta líneas de ayuda nacionales, hay recursos para todos.
Estos son algunos de los lugares por donde puedes comenzar:
Cómo hablar de lo que sientes, poco a poco
Hablar sobre tu bienestar mental puede resultar incómodo o raro, pero si empiezas poco a poco, se te hará más fácil. Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a encontrar las palabras adecuadas:
No se te ocurriría ponerte al día con un amigo mientras están en el cine viendo una película. No es el momento ni el lugar para hacerlo. Tener una conversación sobre lo que te está sucediendo es similar: debes elegir el lugar y el momento adecuados. Escoge un momento tranquilo cuando ambos tengan tiempo para hablar y no haya distracciones. Ejemplo de lo que podrías decir: “¿Te parece si nos sentamos afuera un rato? Me gustaría contarte algo importante”.
A veces, la persona con la que quieres hablar puede no estar lista para escucharte. Si la notas ocupada o distraída, puede que no sea el mejor momento para hablar. De todos modos, si de verdad quieres hablar, pregúntale cuándo podría ser un buen momento para hacerlo.
No necesitas un plan detallado, pero pensar en los puntos clave que quieres compartir puede ayudarte. No te preocupes si la conversación se desvía hacia temas inesperados. También está bien comenzar sin saber exactamente lo que quieres decir, especialmente cuando hablas con alguien cercano en quien confias. Deja que la plática fluya con naturalidad, pero tener unas pocas ideas en mente puede ayudarte a iniciar una conversación sobre tu bienestar mental.
Vivir desafíos puede puede ser algo muy personal y hacerte sentir vulnerable. Por eso es importante hablar con alguien en quien confíes. Podría ser un amigo, un familiar, un compañero de trabajo o un miembro de tu comunidad, como un consejero o líder espiritual. A veces, hablar con alguien que no sea tan cercano puede resultar más fácil.
No nos tiramos de cabeza al agua sin comprobar que sea lo suficientemente profunda. Lo mismo ocurre al hablar sobre nuestra salud mental. Prueba el agua antes de sumergirte. Comienza hablando solo de lo que te sientas cómodo compartiendo. Por ejemplo: “Últimamente me he sentido agobiado. ¿Alguna vez te has sentido así?”
No todas las conversaciones salen como lo planeado. Si no te gusta el rumbo que está tomando la plática (quizá sientas que te están dando malos consejos o que se están poniendo a la defensiva), está bien decir que no quieres hablar más por el momento y tomar distancia. Si lo deseas, puedes intentarlo de nuevo más adelante o buscar el apoyo de alguien más. Probablemente debas hacer más de un intento hasta encontrar a la persona adecuada con quien te sientas cómodo y respaldado. Eso es completamente normal.
Tómate un minuto para ver cómo estás: ¿Qué tal va tu día en realidad? Trata de nombrar tres sentimientos que hayas tenido hoy. Decirlos en voz alta o escribirlos puede ayudarte a comprenderlos y a que te resulte más fácil compartirlos.
Encuentra las palabras para iniciar una conversación
No existe solo una forma correcta de iniciar una conversación, pero estas son algunas de las cosas que podrías decir:
"Me estoy sintiendo realmente estresado y no sé bien cómo manejarlo. ¿Podrías darme algún consejo"
"Me estoy sintiendo realmente estresado y no sé bien cómo manejarlo. ¿Podrías darme algún consejo"
"Últimamente he tenido problemas con mi estado de ánimo, y no sé bien por dónde empezar. Necesito hablarlo, ¿tienes tiempo ahora?"
"Últimamente he tenido problemas con mi estado de ánimo, y no sé bien por dónde empezar. Necesito hablarlo, ¿tienes tiempo ahora?"
"A veces siento que tengo demasiados problemas y no tengo ayuda. Me vendría bien hablar con alguien, ¿tienes un momento?"
"A veces siento que tengo demasiados problemas y no tengo ayuda. Me vendría bien hablar con alguien, ¿tienes un momento?"
"A veces siento que tengo demasiados problemas y no tengo ayuda. Me vendría bien hablar con alguien, ¿tienes un momento?"
"A veces siento que tengo demasiados problemas y no tengo ayuda. Me vendría bien hablar con alguien, ¿tienes un momento?"
"Últimamente me he estado sintiendo algo raro. ¿Te ha pasado? ¿Qué fue lo que te ayudó?"
"Últimamente me he estado sintiendo algo raro. ¿Te ha pasado? ¿Qué fue lo que te ayudó?"
"Estoy buscando la forma de manejar mis problemas. Me encantaría conocer tu opinión."
"Estoy buscando la forma de manejar mis problemas. Me encantaría conocer tu opinión."
"Creo que solo necesito hablar para desahogarme. ¿Estarías dispuesto a escucharme?"
"Creo que solo necesito hablar para desahogarme. ¿Estarías dispuesto a escucharme?"
"La vida ha sido estresante para mí últimamente. Me vendría muy bien hablar con alguien que me entienda. ¿Tienes unos minutos para hablar?"
"La vida ha sido estresante para mí últimamente. Me vendría muy bien hablar con alguien que me entienda. ¿Tienes unos minutos para hablar?"
Piensa sobre qué te impide avanzar
El cuidado de tu bienestar mental es importante, pero a veces surgen dificultades que lo hacen más difícil. La buena noticia es que hay formas de superar estos desafíos. Veamos algunos problemas habituales y maneras simples de solucionarlos.
Independientemente de qué tan graves o insignificantes puedan parecerte, tus sentimientos son importantes. No es necesario que esperes a que las cosas se pongan verdaderamente mal para pedir ayuda. Cualquiera sea tu desafío, está bien contarle a alguien que tienes dificultades y que hablar al respecto podría ayudarte. Recuerda: a la mayoría de la gente le gusta sentirse necesitada y esto les da la oportunidad de ayudarte. Algún día quizás sean ellos los que necesiten tu ayuda.
Buscar la ayuda de los demás es un acto poderoso de amor propio. No es necesario aparentar que todo está bien o que siempre tienes todo bajo control. Sentir que eres el pilar de tu familia te da una gran sensación de fortaleza, pero buscar ayuda también es una señal de fortaleza. Se necesita valor, paciencia y conocerse a uno mismo.
Está bien sentirse así, tal vez tengas miedo de sentirte juzgado o incomprendido. A las personas que te quieren les gustaría saber por lo que estás pasando para poder apoyarte. Hablar del tema puede ayudarlos a comprenderte mejor y hacerte sentir más respaldado.
Es importante encontrar la clase de apoyo que mejor se adapte a tus necesidades. Ya sea hablar con un confidente cercano, como tu pastor, un vecino, un amigo virtual o alguien de confianza a quien consideres familia, o buscar atención clínica, tienes muchas opciones para elegir algo que podría funcionar para ti.
Esa es una preocupación totalmente válida; el bienestar mental puede parecer inalcanzable cuando te falta el dinero. Si te interesan las sesiones de terapia pero no puedes pagarlas, existen recursos gratuitos o de bajo costo que pueden ayudarte.
- Miembros de Health First Colorado: si utilizas Health First Colorado (el programa de Medicaid de Colorado), puedes acceder a un consejero de forma gratuita o pagando menos. Infórmate. Conoce los beneficios disponibles para los miembros de Health First Colorado.
- Miembros del plan de seguro médico Colorado Option: si adquiriste tu seguro médico a través de Connect for Health Colorado y tienes el plan “Colorado Option”, tu seguro médico proporciona asesoramiento gratuito en salud mental, salud conductual y tratamiento por consumo de sustancias. Conoce los beneficios de bienestar mental disponibles para los miembros de Colorado Option.
- OwnPath: busca proveedores por tipo de seguro, incluida la opción de escala de precios variable. Más información sobre OwnPath.
- Jóvenes: IMatter proporciona hasta seis sesiones gratuitas de consejería para jóvenes de 18 años o menos, o hasta 21 sesiones gratuitas si reciben servicios de educación especial. Más información sobre IMatter.
- Proveedores de seguro médico: muchos planes de seguros médicos privados ofrecen cobertura a precio reducido con proveedores que pertenecen a la red y tienen buscadores con filtros por costo.
- Recursos en el trabajo: algunos empleadores ofrecen Planes de Asistencia para Empleados, que pueden proporcionar acceso a servicios de consejería gratuitos o a bajo costo.
- Aplicaciones de salud mental: hay un sinfín de aplicaciones relacionadas con la salud mental, pero aquí tienes algunas opciones gratuitas para explorar.
- Insight Timer: encuentra miles de meditaciones gratuitas que te ayudarán a relajarte y concentrarte. Únete a sesiones en vivo o escucha charlas de expertos sobre el sueño, el estrés y el autocuidado.
- Smiling Mind: disfruta ejercicios simples de mindfulness que harán que meditar te resulte divertido y fácil, tanto si eres principiante o si buscas serenidad en el día a día.
- MindShift: construye tu alivio para el estrés, esta aplicación te ofrece ejercicios guiados con resultados comprobados para manejar la preocupación y el estrés.
- CBT Thought Diary: transforma tus pensamientos negativos en positivos. Esta aplicación te ayuda a hacer un seguimiento de tus emociones, desafiar pensamientos contraproducentes y replantear tu mentalidad.
- MyLife Meditation: obtén meditaciones específicas para lo que sientes. Ya sea que estés buscando alivio rápido para el estrés o una relajación profunda, esta aplicación se adapta a tus necesidades.
Cuando estás demasiado ocupado, priorizar tu salud mental puede ser todo un desafío. Sin embargo, también podría ser el momento perfecto para pedir ayuda. Aunque todo te parezca un caos, hacer pequeños cambios ahora puede aumentar tu confianza para manejar el estrés diario. No es necesario que lo hagas todo de una vez o que dediques horas a hacer terapia para comenzar a sentirte mejor. Intenta apartar aunque sea 5 a 10 minutos diarios para hablar con alguien de confianza, escribir lo que piensas o utilizar una aplicación gratuita de salud mental. Tomarte solo un instante para explorar cómo te sientes puede ayudarte a recuperar el control y aliviar un poco tu estrés.
Está bien. A veces el solo hecho de hablar con alguien puede ayudarte a ver las cosas con mas claridad.
Pedir ayuda no significa que no puedas manejar las cosas. Solo quiere decir que estás aumentando tus probabilidades de salir adelante.
Crear una relación de confianza lleva tiempo. Comienza con conversaciones cortas con personas que han demostrado interés en ti. Hasta puedes empezar escribiendo en un diario antes de hablar con alguien más, para procesar tus sentimientos.
No es necesario que cuentes todo. Se trata de encontrar el apoyo adecuado para ti y compartir solo lo que no te ponga incómodo. Mientras más compartas, más cómodo te sentirás y más notarás que la gente quiere escucharte y ayudarte.
Hablar con alguien sobre lo que sientes y de tus dificultades no significa que estés fuera de control, solamente que eres humano. Todos pasamos por momentos difíciles y compartir lo que estás viviendo es saludable. Las personas adecuadas no te juzgarán sino que te escucharán y ofrecerán su apoyo.
Si te sientes agobiado o en peligro, pide ayuda. Tanto las líneas de ayuda para crisis como los recursos comunitarios están disponibles 24/7 para cuando los necesites. Llama o envía un texto al 988 o comunícate por chat en línea
Bloque motivacional
Tu bienestar mental es importante, sin importar qué tan grande o pequeño parezca el desafío. Buscar ayuda es el primer paso y es fundamental
Cuidarte nunca es una señal de debilidad. Es una decisión valiente para que tu futuro sea más saludable.
Todos tenemos días difíciles. Pedir ayuda es solo parte de cuidarte a ti mismo, y lo mereces.
No importa cómo te sientas, no estás solo. Tenemos apoyo a tu disposición y está bien que lo pidas.
Sentirse agobiado es parte de ser humano. Buscar ayuda es un acto de fortaleza y es el primer paso en tu camino para sentirte mejor.
No es necesario que tus problemas sean “grandes” para darles importancia. Si te afectan, vale la pena hablar sobre ellos.